Un estudio realizado en Navarra a casi 21.000 personas confirma la efectividad de las vacunas para prevenir hospitalizaciones por COVID-19

La investigación del ISPLN destaca la importancia de la segunda dosis y de mantener las medidas de prevención tras la vacunación para evitar contagios

04 | 06 | 2021

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Una investigación del Instituto de Salud Pública y Laboral de Navarra (ISPLN) realizada a casi 21.000 personas en la Comunidad Foral, entre enero y abril de 2021, confirma la efectividad de las vacunas para prevenir la hospitalización por SARS-CoV-2. Esta fue de un 72% al haber recibido una primera dosis y aumentó hasta el 95% al contar con dos dosis.

Por todo ello, desde el ISPLN se anima a la población a completar la vacunación para conseguir su máximo beneficio. “La efectividad de una dosis de la vacuna es moderada, y es alta tras la segunda”, destaca el equipo de investigación en un informe, recientemente publicado por la revista científica Eurosurveillance

Este estudio se impulsó para evaluar la efectividad de las vacunas frente al coronavirus, en condiciones de uso real, en personas mayores de 18 años que, además, habían sido contacto estrecho de casos confirmados de COVID-19 en Navarra. En concreto, se analizaron 20.961 contactos estrechos, de los cuales 869 habían recibido una dosis de la vacuna y 512, dos.

De los contactos vacunados, el 58% había recibido la vacuna de Pfizer, el 37,9% la de AstraZeneca y el 4,1% la de Moderna.

No obstante, hay que tener presente que este estudio no es adecuado para comparar la efectividad entre marcas porque cada una de estas vacunas se administró a grupos de población muy diferentes. Además, por el momento en el que se realizó la investigación, no se registraron personas que hubieran recibido una segunda dosis de AstraZeneca.

Un estudio realizado en contactos estrechos

Habitualmente, los estudios de efectividad de la vacuna tienen dificultades para conseguir que los dos grupos que se comparan, siendo uno el de personas vacunadas y otro el de no vacunadas, sean iguales en cuanto a la exposición a riesgo de infección. Por ejemplo, esto puede dificultarse porque las personas que se vacunan antes sean más cuidadosas en la aplicación de otras medidas preventivas o, por lo contrario, que tras vacunarse relajen las medidas de prevención.

Sin embargo, el presente estudio utiliza un diseño que consigue, según destacan desde el ISPLN, un “muy buen control” de estos posibles sesgos. En el caso de esta investigación, todas las personas analizadas habían tenido una exposición de riesgo y tenían una probabilidad similar de infección.

Así, las personas de la muestra fueron analizadas al principio y al final del periodo de cuarentena para descartar que se hubieran contagiado. En total, se detectaron 7.240 (35,6%) infecciones confirmadas por SARS-CoV-2, de las que 5.467 fueron sintomáticas y 559 requirieron ingreso hospitalario. La variante predominante fue la inglesa, que se detectó en el 68,9% de las 1.256 cepas secuenciadas.

Más efectividad para evitar infecciones sintomáticas

El estudio pone de manifiesto que la efectividad de las vacunas para prevenir cualquier infección por SARS-CoV-2 fue del 35% con una dosis y del 66% con dos dosis. La efectividad mejoró cuando se evaluó el efecto frente a casos sintomáticos (42% con una dosis y 82% con dos dosis). 

El ISPLN sigue monitorizando en la actualidad los datos sobre la efectividad de las vacunas, de los que se dará cuenta cada semana en el informe epidemiológico. Así, tal y como ha presentado esta mañana la consejera de Salud, Santos Induráin, en sede parlamentaria, los datos más recientes indican que la efectividad de la vacuna es del 39% con una dosis y del 81% con pauta completa para prevenir casos sintomáticos del COVID-19, y para prevenir ingresos hospitalarios por COVID-19 es del 75% con una dosis y del 87% con vacunación completa.

En personas vacunadas con una dosis, según prosigue el estudio, la administración de la segunda aumentó la protección “significativamente”: un 48% frente a todas las infecciones y un 69% frente a infecciones sintomáticas.

Cabe precisar que la efectividad de una dosis frente a infecciones sintomáticas fue algo menor en personas mayores de 60 años, 30%, frente a 51% en personas entre 18 y 59 años. Sin embargo, las diferencias entre edades se redujeron tras la segunda dosis: 77% frente a 84%.

Estas estimaciones de efectividad son levemente inferiores a las obtenidas en ensayos clínicos, porque, entre otras cuestiones, entre la población vacunada puede haber mayor representación de personas con peor respuesta por la edad y patologías.

También son algo menores que las descritas en estudios realizados específicamente en personal sanitario, que son personas jóvenes o de mediana edad, entre los que puede existir el conocido como efecto del trabajador sano. Este hace referencia a que, a menudo, el personal que participa en las pruebas se encuentra en un buen estado de salud.

El ISPLN sigue monitorizando en la actualidad los datos sobre la efectividad de las vacunas, de los que se dará cuenta cada semana en el informe epidemiológico.

Medidas de prevención para evitar la transmisión

La investigación pone de manifiesto dos datos clave con implicaciones en la transmisión del COVID-19. Aunque infrecuentes, existe la posibilidad de que haya infecciones en personas vacunadas que requieran de ingreso hospitalario. En segundo lugar, la efectividad de las vacunas es menor para prevenir infecciones si incluimos las asintomáticas. Esto significa que las personas vacunadas pueden adquirir la infección y transmitirla, por lo que el ISPLN aconseja que se sigan manteniendo las medidas preventivas mientras haya circulación de COVID-19.